Humedades, goteras, mal acondicionamiento acústico y térmico… 2 de cada 3 viviendas en España tiene más de 30 años y presentan inconvenientes como los mencionados, que pueden ser solventados por medio de reformas sencillas. Si bien es cierto que suponen una pequeña inversión, también lo es que mejoran considerablemente la comodidad de sus propietarios. ¿Por dónde empezar?

Aislamiento acústico: la solución más sencilla para evitar escuchar los sonidos provenientes del exterior y que debido al material de las paredes se cuelan con claridad en la vivienda es realizar reformas para aislar toda o parte de la misma. Materiales como la fibra de vidrio, la lana de roca o la espuma aislante son buenas opciones. Dependiendo del material y de la superficie a aislar, la inversión puede oscilar entre los 50 €/m2 y los 160 €/m2 en el caso de las paredes; entre los 80 €/m2 y los 170 €/m2 si se trata de techos, y entre los 30 €/m2 y los 170 €/m2 si la reforma es para los suelos.

Sustitución de ventanas: el problema de las ventanas antiguas deriva, nuevamente, en el aislamiento acústico, pero tampoco aislan del calor o del frío. Su sustitución por ventanas fabricadas con rotura de puente térmico es la mejor solución. Esta inversión no suele superar los 350 €/m² de ventana colocada incluyendo su instalación. Además, desde la publicación del Real Decreto-ley 19/2021, se permiten las deducciones del IRPF para aquellas reformas destinadas a la rehabilitación energética en edificios y viviendas, incluyendo los cambios de ventanas.

Aislamiento térmico: ¿El calor se escapa de la casa? Materiales como los paneles de corcho o celulosa aplicados en cámaras de aire de las fachadas son alternativas ecológicas y económicas, una pequeña inversión de entre 10 a 15 euros por metro cuadrado, que reducen la transmisión de calor en una vivienda.

Evitar humedades: estas suponen un elemento muy poco atractivo a nivel estético, pero también pueden afectar de manera directa a la salud, con patologías como infecciones respiratorias, asma, bronquitis o rinitis alérgica. Para prevenir su aparición lo mejor es mantener cerradas las puertas de cocina y baños, ventilar toda la vivienda frecuentemente y aislar las paredes que estén en contacto directo con el exterior para evitar su enfriamiento. Si ya han aparecido y se trata de eliminarlas, la inversión puede ascender a los 1.800€ si hay que reparar las filtraciones.

Iluminación eficiente: mejorar la iluminación de una vivienda es tan sencilla como sustituir el sistema de iluminación incandescente tradicional por bombillas LED. Esto permitirá a los propietarios obtener la misma cantidad de luz pero ahorrando hasta un 80% en el consumo energético.

Grifos que gotean: esto puede aumentar de forma considerable la factura del agua, ya que, gota a gota, un grifo con una fuga puede llegar a desperdiciar 30 litros de agua diarios y casi 10.000 en todo un año. Invertir en su reparación podrá hacer que se ahorren hasta 20 euros al año en la factura del agua.